Juan 17:24 - El amor del Señor Jesucristo por nosotros en su gloria
¡Que Dios les bendiga, hermanos! En Juan 17:24, Jesús empieza su petición con el nombre: “Padre,” y le recuerda del amor seguro que tenemos con el Padre por llamarnos “aquellos que me has dado”. Y ahora presenta su petición: “Quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado.” Primero, tenemos que recordar que en ese mismo momento, ¡los discípulos ya están con Jesús! Están escuchando esta petición antes de salir de la cena de la Pascua, para acompañar a Jesús fuera de Jerusalén, hasta el huerto de Getsemaní donde más tarde, será arrestado. Cuando dice Jesús: “Quiero que donde estoy, también ellos estén conmigo,” está hablando con anticipación de su ascensión, después de su muerte y su resurrección, cuando estará en la presencia del Padre otra vez. Está hablando con anticipación de la condición descrita por Pedro en Hechos 2:33, de Jesús “exaltado por la diestra de Dios.” Está hablando con anticipación del tiempo cuando, de acuerdo con Filipenses 2:9, el Padre le exaltará hasta lo sumo y le dará un nombre que es sobre todo nombre. Está hablando con anticipación del tiempo cuando va a poder declarar al apóstol Juan de acuerdo con Apocalipsis 1:17-18: “No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.” Está hablando con anticipación del tiempo cuando de acuerdo con Apocalipsis 5:13, millones de millones dirán a gran voz: “Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.” En Juan 17:24, Jesús pide que sus discípulos, en su tiempo, lo acompañen para mirar y convivir permanentemente en ese estado de gloria.
Pause un momento para considerar el amor del Señor Jesucristo por sus discípulos. Si fuera egocéntrico, el Señor Jesucristo podría haberse despedido de sus discípulos, dándoles las gracias por los momentos lindos que pasaron juntos, para informarles que ahora los iba a dejar porque tenía responsabilidades más grandes por cumplir, sin ellos. Podría haberles dicho que ha cumplido la obra de la salvación, que les iba a regalar esta salvación por gracia por su muerte en la cruz, y que la disfrutaran porque ahora se iba a separar de ellos para un nuevo trabajo que tiene, para una nueva oportunidad que se le apareció para recibir aún más gloria. En cambio, en Juan 17:24, por amor pide por un estado de glorificación en que estén incluidos sus discípulos. Pide para que su glorificación signifique un nuevo estado de comunión con sus discípulos que no fue posible antes de su muerte y su resurrección. Lejos de abandonar a sus discípulos después de este nuevo estado de comunión con el Padre, pide que sus discípulos presentes y futuros lo acompañen para disfrutar juntamente con el Padre ese nuevo estado de gloria. En vez de considerar a los discípulos como unas amistades convenientes sólo para una época de su vida, Jesús utiliza su posición única con el Padre para hacer permanecer su amor, para pedir que sus discípulos lo acompañen en su gloria. ¡Cuánto amor tiene el Señor Jesucristo por nosotros! Que reciba toda la alabanza, la honra, la gloria y el poder por los siglos de los siglos, al que está sentado en el trono y al Cordero de Dios, nuestro Señor Jesucristo inmolado y resucitado para que convivamos en su gloria.
Pause un momento para considerar el amor del Señor Jesucristo por sus discípulos. Si fuera egocéntrico, el Señor Jesucristo podría haberse despedido de sus discípulos, dándoles las gracias por los momentos lindos que pasaron juntos, para informarles que ahora los iba a dejar porque tenía responsabilidades más grandes por cumplir, sin ellos. Podría haberles dicho que ha cumplido la obra de la salvación, que les iba a regalar esta salvación por gracia por su muerte en la cruz, y que la disfrutaran porque ahora se iba a separar de ellos para un nuevo trabajo que tiene, para una nueva oportunidad que se le apareció para recibir aún más gloria. En cambio, en Juan 17:24, por amor pide por un estado de glorificación en que estén incluidos sus discípulos. Pide para que su glorificación signifique un nuevo estado de comunión con sus discípulos que no fue posible antes de su muerte y su resurrección. Lejos de abandonar a sus discípulos después de este nuevo estado de comunión con el Padre, pide que sus discípulos presentes y futuros lo acompañen para disfrutar juntamente con el Padre ese nuevo estado de gloria. En vez de considerar a los discípulos como unas amistades convenientes sólo para una época de su vida, Jesús utiliza su posición única con el Padre para hacer permanecer su amor, para pedir que sus discípulos lo acompañen en su gloria. ¡Cuánto amor tiene el Señor Jesucristo por nosotros! Que reciba toda la alabanza, la honra, la gloria y el poder por los siglos de los siglos, al que está sentado en el trono y al Cordero de Dios, nuestro Señor Jesucristo inmolado y resucitado para que convivamos en su gloria.