Juan 17:24 - Padre
¡Que Dios les bendiga, hermanos! Hoy pasamos a Juan 17:24, donde Jesús continúa la oración más larga del Nuevo Testamento con la palabra: “Padre”. Jesús es perfecto, y cuando usa la palabra “Padre” aquí, podemos estar seguros que no la utiliza simplemente por costumbre sin pensarlo, o sólo para llenar una pausa mientras piensa en qué más va a decir, sino que la utiliza con intención. Y es la quinta de seis veces que utiliza el nombre “Padre” en la oración de Juan 17 – lo usó para empezar la oración en versículo 1, y también en versículos 5, 11, 21, ahora en 24, y lo va a usar una vez más en versículo 26. En toda la oración, refiere a Dios por otro nombre una sola vez, por llamarle “el único Dios verdadero” en versículo 3; todas las otras veces que utiliza un nombre en esta oración, Jesús se dirige a Dios por llamarle Padre. ¿Por qué hay tanta repetición de la palabra Padre? Creo que una razón es porque le gusta al Padre escuchar este nombre. Si usted es padre, piense en el gusto que se siente cuando sus hijos le hablan por este nombre, especialmente cuando le piden cosas buenas que tiene deseo de darles, o cuando le piden la atención que tiene ganas de prestarles. Podemos entender que el Padre está gozosamente atento a esta oración, listo a cumplir sus peticiones por la gloria de su Hijo, y satisfecho por escuchar este nombre de amor, Padre, una y otra y otra vez. Y es apropiado que aparezca aquí al principio de versículo 24, como está pegado junto con esta expresión gloriosa de amor al final de versículo 23, que el Padre ha amado a nosotros los discípulos como también a Jesús ha amado. Aquí, Jesús nos da un ejemplo: La mejor reacción a este amor es orarle al Padre por este nombre, exactamente como hace Jesús aquí, exactamente como nos enseñó en el Padre nuestro, y exactamente como dijo en Juan 16:26-27: En aquel día pedirán en mi nombre; y no les digo que yo rogaré al Padre por ustedes, pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado, y han creído que yo salí de Dios. Después de la resurrección del Señor Jesucristo y su ascensión al Padre, los discípulos tenemos el privilegio de poder orar directamente al Padre en el nombre del Señor Jesucristo, y el Padre presta atención a nuestras oraciones como atendió a las oraciones de su Hijo Jesús. ¡Qué privilegiados somos por haber sido incorporados en el amor entre el Padre y el Hijo! Que utilicemos con frecuencia, gozo y atención este nombre, Padre, en nuestras oraciones también.