Juan 17:19 - "Yo me santifico a mí mismo"
¡Que Dios les bendiga, hermanos! Ahora pasamos a Juan 17:19 donde Jesús continúa su oración por sus discípulos y dice: "Y por ellos yo me santifico a mí mismo para que también ellos sean santificados en la verdad." Al leer el versículo, tal vez pasamos rápidamente por esa expresión en medio: "yo me santifico a mí mismo", y no nos damos cuenta de la autoridad espiritual que expresa. Aquí el Señor Cristo Jesús hace referencia a su tortura y su muerte en la cruz por nosotros que está por ocurrir el día siguiente, y las describe por el vocabulario de la consagración. Al decir que se santifica a sí mismo, Jesús emplea un vocabulario que en el Antiguo Testamento frecuentemente describe las cosas sagradas, dedicadas a Dios, o los sacerdotes consagrados a Dios, o las ofrendas reservadas para Dios. Aquí Jesús solemnemente declara que se consagra como ofrenda para la redención de sus discípulos. Además, noten que los israelitas en el Antiguo Testamento santificaban a las cosas sagradas o a los sacerdotes; pero aquí, ¡Jesús se santifica a sí mismo! Él tiene autoridad para santificar a sí mismo, y no sólo esto, sino que tiene autoridad y poder para santificar a sí mismo para la redención de otros. Se trata de un poder y una autoridad incomparable entre los seres humanos para poder sacrificar a sí mismo para la redención de otros. Cuando oramos nosotros "en nombre de Jesús", esta verdad repetimos. Al orar en el nombre de Jesús, expresamos nuestra fe en el poder del Señor Jesucristo, en su autoridad y su presencia, y reconocemos que él se santificó a sí mismo, que su muerte en la cruz es nuestro sacrificio suficiente, aceptado por el Padre para nuestra redención. Cuando oramos hoy, que no pasemos demasiado rápidamente por Juan 17:19 ni estas palabras que decimos al terminar nuestra oración: En el nombre de Jesús: Amén.