Juan 17:19 y Hebreos 7:26-28 - La superioridad del sacerdocio del Señor Jesucristo
¡Que Dios les bendiga, hermanos! Estamos en Juan 17:19 donde el Señor Cristo Jesús dice: "Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad." Estamos en una parte muy solemne de la oración de Jesús porque aquí hace una referencia directa a su muerte en la cruz. Hoy queremos reconocer específicamente la autoridad superior del Señor Cristo Jesús, una autoridad que se manifiesta en su poder para santificarse a sí mismo.
Esta autoridad superior del Señor Jesucristo expresada en Juan 17:19 concuerda con su superioridad descrita en Hebreos 7:26-28 donde dice: "Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre." Hebreos 7:27 dice que aquellos sacerdotes tenían necesidad cada día de ofrecer sacrificios primero por sus propios pecados. No era opcional. No podían reflexionar sobre el día anterior y decirse: Creo que viví bien ayer; no ofendí ni hice daño a nadie; no cometí ningún pecado obvio; creo que no necesito ofrecer ningún sacrificio para mis propios pecados hoy. ¡Imposible! En cambio, ellos tenían necesidad cada día de ofrecer sacrificios primero por sus propios pecados. ¡Cuán superior es el Señor Cristo Jesús! No tuvo que presentar ningún sacrificio por sus propios pecados, ¡porque nunca pecó! En cambio, se santificó a sí mismo, como una ofrenda perfecta dada una sola vez, para la redención de todos los suyos. La autoridad de nuestro señor Cristo Jesús es suficiente, incomparable, y así nos expresamos cuando oramos el nombre de nuestro señor Cristo Jesús.
Esta autoridad superior del Señor Jesucristo expresada en Juan 17:19 concuerda con su superioridad descrita en Hebreos 7:26-28 donde dice: "Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre." Hebreos 7:27 dice que aquellos sacerdotes tenían necesidad cada día de ofrecer sacrificios primero por sus propios pecados. No era opcional. No podían reflexionar sobre el día anterior y decirse: Creo que viví bien ayer; no ofendí ni hice daño a nadie; no cometí ningún pecado obvio; creo que no necesito ofrecer ningún sacrificio para mis propios pecados hoy. ¡Imposible! En cambio, ellos tenían necesidad cada día de ofrecer sacrificios primero por sus propios pecados. ¡Cuán superior es el Señor Cristo Jesús! No tuvo que presentar ningún sacrificio por sus propios pecados, ¡porque nunca pecó! En cambio, se santificó a sí mismo, como una ofrenda perfecta dada una sola vez, para la redención de todos los suyos. La autoridad de nuestro señor Cristo Jesús es suficiente, incomparable, y así nos expresamos cuando oramos el nombre de nuestro señor Cristo Jesús.