Juan 17:22 y 1 Juan 1:1-4 - La petición contestada según la perspectiva de un discípulo
¡Que Dios les bendiga, hermanos! Estamos en Juan 17:22, donde Jesús dice en oración: “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.” Ya hemos visto que esta gloria compartida con los discípulos no es una exclusiva de la divinidad sino una que se manifiesta en función, cuando los discípulos, unidos como los pámpanos en Jesús, la Vid verdadera, producen mucho fruto para la gloria del Padre, el Labrador soberano. Hoy y en los próximos mensajes queremos examinar en más detalle la comunicación de esta gloria de Jesús a sus discípulos originales, y de sus discípulos originales a los futuros, como nosotros, a los por quienes está orando Jesucristo en Juan 17:20-23.
Primero, vamos a establecer un enlace entre la unión en gloria en Juan 17:20-23 y la introducción a la primera carta de Juan, 1 Juan 1:1-4. Puede ser un poco complicado, entonces será más fácil entenderme si tiene su Biblia abierta a los dos pasajes: Juan 17:20-23 y 1 Juan 1:1-4, para leerlos juntos, aun varias veces. Dice 1 Juan 1:1-4: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y les anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso les anunciamos, para que también ustedes tengan comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas les escribimos, para que su gozo sea cumplido.”
Note el movimiento del argumento de Juan en estos cuatro versículos. Empieza por expresar algo por frases cortas en versículo 1, cada una más intensa que la anterior, nos pone en expectativa mientras pasa por una explicación en paréntesis en versículo 2, y luego, en el principio de versículo 3, llega a su punto culminante: “Lo que hemos visto y oído, eso les anunciamos.” ¿Para qué? “Para que también ustedes tengan comunión con nosotros…” ¡Qué gloriosa invitación! Y fíjese en las dimensiones de esta comunión: “Y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.” Y, ¿cuál será el resultado de recibir lo que el apóstol Juan está anunciando? Versículo 4: “Estas cosas les escribimos, para que su gozo sea cumplido.”
Ahora queremos ver este pasaje por los lentes de Juan 17:20-22. Mientras Jesús refiere a la gloria que ha dado a sus discípulos en Juan 17:22, el apóstol Juan la describe desde su propia perspectiva como discípulo, impresionado por esta gloria en 1 Juan 1:1-2. Mientras Jesús ora por “los que han de creer… por la palabra de ellos” en Juan 17:20, el apóstol Juan lo describe de su propia perspectiva como discípulo, por el punto culminante del anuncio autoritativo en 1 Juan 1:3. Mientras Jesús pide la unidad entre el Padre y sus discípulos en Juan 17:21-22, el apóstol la describe por la palabra “comunión” en 1 Juan 1:3. Es decir, en 1 Juan 1:1-4, el apóstol Juan está comunicando la misma realidad que Jesús pidió en oración la noche de su arresto, sólo en un vocabulario y una retórica diferentes, una expresión que corresponde a su propia experiencia como discípulo.
Ahora, ¿por qué nos importan hoy estas observaciones? ¿Es sólo para ver la conexión entre dos pasajes de la Biblia? Esto, y mucho, mucho más. Lo que queremos ver hoy y en los próximos mensajes es que la oración de Jesús por la unidad en Juan 17:21-23 ha sido contestada en la proclamación autoritativa de sus apóstoles en ejemplos como 1 Juan 1:1-4, una proclamación viva y presente por el evangelio, una invitación a que respondemos por fe también, una invitación a que apoyemos en oración, una invitación que repitamos con autoridad también para que otros respondan al evangelio con fe y entren también en esta unión o comunión con el Padre y nuestro Señor Jesucristo.
Primero, vamos a establecer un enlace entre la unión en gloria en Juan 17:20-23 y la introducción a la primera carta de Juan, 1 Juan 1:1-4. Puede ser un poco complicado, entonces será más fácil entenderme si tiene su Biblia abierta a los dos pasajes: Juan 17:20-23 y 1 Juan 1:1-4, para leerlos juntos, aun varias veces. Dice 1 Juan 1:1-4: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y les anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso les anunciamos, para que también ustedes tengan comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas les escribimos, para que su gozo sea cumplido.”
Note el movimiento del argumento de Juan en estos cuatro versículos. Empieza por expresar algo por frases cortas en versículo 1, cada una más intensa que la anterior, nos pone en expectativa mientras pasa por una explicación en paréntesis en versículo 2, y luego, en el principio de versículo 3, llega a su punto culminante: “Lo que hemos visto y oído, eso les anunciamos.” ¿Para qué? “Para que también ustedes tengan comunión con nosotros…” ¡Qué gloriosa invitación! Y fíjese en las dimensiones de esta comunión: “Y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.” Y, ¿cuál será el resultado de recibir lo que el apóstol Juan está anunciando? Versículo 4: “Estas cosas les escribimos, para que su gozo sea cumplido.”
Ahora queremos ver este pasaje por los lentes de Juan 17:20-22. Mientras Jesús refiere a la gloria que ha dado a sus discípulos en Juan 17:22, el apóstol Juan la describe desde su propia perspectiva como discípulo, impresionado por esta gloria en 1 Juan 1:1-2. Mientras Jesús ora por “los que han de creer… por la palabra de ellos” en Juan 17:20, el apóstol Juan lo describe de su propia perspectiva como discípulo, por el punto culminante del anuncio autoritativo en 1 Juan 1:3. Mientras Jesús pide la unidad entre el Padre y sus discípulos en Juan 17:21-22, el apóstol la describe por la palabra “comunión” en 1 Juan 1:3. Es decir, en 1 Juan 1:1-4, el apóstol Juan está comunicando la misma realidad que Jesús pidió en oración la noche de su arresto, sólo en un vocabulario y una retórica diferentes, una expresión que corresponde a su propia experiencia como discípulo.
Ahora, ¿por qué nos importan hoy estas observaciones? ¿Es sólo para ver la conexión entre dos pasajes de la Biblia? Esto, y mucho, mucho más. Lo que queremos ver hoy y en los próximos mensajes es que la oración de Jesús por la unidad en Juan 17:21-23 ha sido contestada en la proclamación autoritativa de sus apóstoles en ejemplos como 1 Juan 1:1-4, una proclamación viva y presente por el evangelio, una invitación a que respondemos por fe también, una invitación a que apoyemos en oración, una invitación que repitamos con autoridad también para que otros respondan al evangelio con fe y entren también en esta unión o comunión con el Padre y nuestro Señor Jesucristo.