Juan 17:22 y 1 Pedro 1:6-9 - El gozo de nuestra unión por el evangelio
¡Que Dios les bendiga, hermanos! En Juan 17:22, Jesús dice: “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.” Y estamos examinando el cumplimiento de esta petición de Jesús en 1 Juan capítulo 1. Llegamos hoy a 1 Juan 1:4, donde el apóstol, después de anunciar la comunión entre el Padre, el Hijo, y los discípulos originales que ahora incluye a los discípulos nuevos también, dice: “Estas cosas les escribimos, para que su gozo sea cumplido.” ¿Qué clase de gozo es, y cómo será cumplido? Primero, debemos reconocer que es un gozo centrado en el Señor Jesucristo por su evangelio. El apóstol Pedro también describe este gozo centrado en el evangelio en 1 Pedro 1:6-9, donde dice: “En lo cual ustedes se alegran, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tienen que ser afligidos en diversas pruebas”. Note que este gozo no es una felicidad porque las circunstancias le van bien, sino un gozo que supera las circunstancias difíciles. 1 Pedro 1:7 luego describe el propósito de las circunstancias difíciles: “Para que sometida a prueba su fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, (que su fe) sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.” Es decir, las circunstancias difíciles nos ayudan a apreciar más el valor y el poder del Señor soberano sobre las dificultades, las injusticias, las tragedias y aun la muerte; las dificultades nos hacen anhelar la llegada de su reino seguro y justo, y la fe se refina y se fortalece en el gozo de la anticipación de la llegada de nuestro Señor y su reino. Pedro describe luego en versículo 8 nuestra devoción al Señor Jesucristo aun en medio de las dificultades: “A quien aman sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo vean, se alegran con gozo inefable y glorioso.” En otras palabras, a pesar de las dificultades, nuestro gozo por la comunión actual y anticipada con el Señor Jesucristo va más allá de la capacidad del lenguaje. Sin ver al Señor todavía, experimentamos una unión en su gloria, juntos con todos nuestros hermanos en la fe, que sobrepasa la descripción. Y existe todavía una faceta futura de este gozo, una parte que está por cumplirse. Pedro dice en versículo 9: “Obteniendo el fin (o la meta) de su fe, que es la salvación de sus almas,” en referencia a la consumación de nuestra salvación en la segunda venida del Señor Jesucristo. ¿Y cómo será ese gozo futuro? Salmo 16:11, una profecía sobre el Señor Jesucristo, lo describe así: “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.” Para resumir: el gozo de la comunión en el evangelio, descrito en estos pasajes por los apóstoles Juan y Pedro, es un gozo completo y extenso, centrado en el Señor Jesucristo por el evangelio, un gozo compartido, uno que supera las injusticias y las circunstancias difíciles, un gozo que sobrepasa la descripción, uno que experimentamos ahora juntos en unidad con los otros creyentes, uno que anhela su cumplimiento perfecto en la segunda venida del Señor Jesucristo. Este gozo viene de la gloria que el Señor nos ha dado en su muerte en la cruz y su resurrección, la gloria que nos une según su petición en Juan 17:22: “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.” Será muy apropiado, entonces, entre nuestras peticiones hoy, agradecerle al Señor por la gozosa comunión que nos ha dado con él, con su Padre, y con nuestros hermanos en la fe, mientras pedimos de nuevo por la pronta llegada de su reino. ¡Ven pronto, Señor Jesús!