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Juan 17:23 - Un mapa para nuestras próximas meditaciones

​          ¡Que Dios les bendiga, hermanos!  Hoy pasamos a Juan 17:23, un versículo en que Jesús pone en resumen algunas de las peticiones principales de Juan 17 y en realidad, de todo su discurso desde Juan 13.  Dice aquí Jesús: “Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.”  Hay varios temas entretejidos en este versículo; para examinarlo pausada y completamente, vamos a tratarlo en 4 partes en las próximas meditaciones.  Primero, vamos a examinar la fundación de todo el versículo: la relación entre el Padre y el Hijo.  Jesús hace referencia a esta relación cuando dice: “Y tú en mí”, y cuando hace referencia al amor entre ellos: “Como también a mí me has amado.”  Segundo, desde esta fundación de la relación entre el Padre y su Hijo, vamos a examinar la relación entre el Padre, el Hijo y sus discípulos presentes y futuros.  Jesús lo describe por decir: “Yo en ellos”, y luego incluye al Padre por decir, “los has amado a ellos.”  Tercero, vamos a ver la meta de esta relación: “Para que sean perfectos en unidad.”  Y cuarto, vamos a señalar el testimonio que debe tener en el mundo: “Para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.”  Note el fluir de estos temas: La fundación (la relación de amor entre el Padre y el Hijo) se extiende a los discípulos presentes y futuros, para que anden en comunión y amor, y sirvan de testimonio al mundo.  Este fluir del amor del Padre y del Hijo, al mundo, por medio de sus discípulos, dará dirección a nuestras oraciones, también.  En este versículo, esperamos alabar al Padre y al Hijo por su unidad y amor; vamos a agradecerles por habernos incluido en su amor por la muerte y la resurrección del Hijo; y vamos a pedir que nuestra unidad en amor sirva como un testimonio visible al mundo para que reconozca a Jesucristo como el Hijo de Dios, como el Salvador suficiente enviado por el Padre para el perdón de sus pecados.
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