Juan 17:23 y 3:16 - La extensión del amor entre el Padre y el Hijo a nosotros los discípulos
¡Que Dios les bendiga, hermanos! Estamos en Juan 17:23 en que Jesús ora y le dice al Padre: “Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.” Hemos visto el tema central del versículo, el que apoya toda la petición – la relación de amor entre el Padre y el Hijo. Ahora queremos ver un segundo tema, la extensión del amor entre el Padre y el Hijo para incluir a sus discípulos presentes y futuros. Se expresa este nuevo tema en Juan 17:23 por las frases: “Yo en ellos” y luego en referencia al Padre: “Los has amado a ellos.” Aunque no merecemos tener ninguna parte en este amor por nuestros pecados y transgresiones contra el Padre y el Hijo, la sangre del Señor Jesucristo nos ha redimido del pecado y ha propiciado la ira justa de Dios que estaba contra nosotros. La muerte de Jesucristo por nosotros en la cruz es la evidencia destacada de esta extensión de amor. Juan 3:16 nos anuncia: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Por la iniciativa de Dios en amor, envió a su Hijo amado, a su Hijo único, a su Hijo con quien compartía un amor exclusivo, sobreabundante y mutuo, para morir por nuestros pecados, precisamente para que fuéramos redimidos e incluidos en este amor exclusivo y mutuo en vida eterna. Así que cuando Jesús ora en Juan 17:23, pide por sus discípulos presentes y por nosotros en amor, en anticipación de este gran acto de amor que logrará el día siguiente, esta acción de amor cuando dará su vida por los suyos en la cruz, cuando será crucificado para reconciliarnos con el Padre. Cuando oramos hoy, que agradezcamos al Señor Jesucristo por este gran acto de amor que nos ha incluido en el amor del Padre y del Hijo, que nos permite disfrutar su amor hoy, y diariamente, para siempre.