Juan 17:24 - Todo lo que el Padre le ha dado al Hijo
en Juan 17
¡Que Dios les bendiga, hermanos! En Juan 17:24, Jesús empieza su petición con el nombre: “Padre,” y le recuerda del amor seguro que tenemos con el Padre por llamarnos “aquellos que me has dado”. Pausemos un momento para considerar todo lo que el Padre le ha dado al Hijo en este capítulo.
Primero, según Juan 17:2, le ha dado potestad sobre toda carne. Vemos en Juan 5:21-30 que esta potestad sobre toda carne incluye el poder para levantar a los muertos y la autoridad para hacer todo juicio, para juzgar a quiénes participan en la resurrección de vida y a quiénes participan en la resurrección de condenación, por cuanto Jesús es el Hijo del Hombre profetizado en Daniel 7:13-14. Segundo, volviendo a Juan 17:4, el Padre le dio la obra que Jesús ha acabado, la obra de lograr seguramente nuestra salvación, una obra por la cual es digno de volver a recibir la gloria que tenía con el Padre desde antes de la fundación del mundo. Tercero, como vimos en la meditación previa, según Juan 17 versículos 2, 6, 9, 11, 12 y 24, el Padre le dio a Jesús todos sus discípulos presentes y futuros. Cuarto, según versículo 8, el Padre le dio a Jesús sus palabras. Son las palabras tan poderosas que Jesús pudo decir en Juan 5:24: “De cierto, de cierto les digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida;” es decir, el Padre le dio al Hijo las palabras que ponen en efecto nuestra salvación. Quinto, en el versículo principal de nuestra meditación hoy, Juan 17:24, el Padre le ha dado al Hijo su gloria. Sexto, Jesús observa en Juan 17:7 que todas las cosas que el Padre le ha dado proceden de él. Pues, ¿qué se incluyen entre todas estas cosas? El versículo 10 nos dice: el séptimo punto, ¡todo lo del Padre es del Hijo también!
Ahora, ¿qué podemos decir a base de tantas referencias a lo que el Padre le ha dado al Hijo en la oración en Juan 17? Primero y sobre todo, tenemos que concluir que el Padre ama al Hijo; le ha dado todo lo que tiene. Le ha compartido su honra y su gloria, al punto de que todos deben honrar al Hijo como honran al Padre. Y segundo, porque mucho de lo todo que el Padre le ha dado al Hijo tiene que ver directamente con nuestra salvación, tenemos que concluir también que el Padre nos ama, que de acuerdo con Juan 17:23, nos ha amado como ha amado al Hijo. Entonces, cuando Jesús empieza su petición en Juan 17:24 por decir: “Padre, aquellos que me has dado,” está basando la petición que sigue en el amor abundante, eterno, completo y sin interrupción del Padre por el Hijo, y por el abundante y permanente amor que tiene por nosotros también. Podemos estar seguros de lo que el Hijo está por pedir, el Padre lo va a recibir con toda aprobación. ¡Gracias al Señor Jesús por su intercesión incomparable! Y gracias al Padre por su amor seguro por nosotros en Cristo Jesús.
Primero, según Juan 17:2, le ha dado potestad sobre toda carne. Vemos en Juan 5:21-30 que esta potestad sobre toda carne incluye el poder para levantar a los muertos y la autoridad para hacer todo juicio, para juzgar a quiénes participan en la resurrección de vida y a quiénes participan en la resurrección de condenación, por cuanto Jesús es el Hijo del Hombre profetizado en Daniel 7:13-14. Segundo, volviendo a Juan 17:4, el Padre le dio la obra que Jesús ha acabado, la obra de lograr seguramente nuestra salvación, una obra por la cual es digno de volver a recibir la gloria que tenía con el Padre desde antes de la fundación del mundo. Tercero, como vimos en la meditación previa, según Juan 17 versículos 2, 6, 9, 11, 12 y 24, el Padre le dio a Jesús todos sus discípulos presentes y futuros. Cuarto, según versículo 8, el Padre le dio a Jesús sus palabras. Son las palabras tan poderosas que Jesús pudo decir en Juan 5:24: “De cierto, de cierto les digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida;” es decir, el Padre le dio al Hijo las palabras que ponen en efecto nuestra salvación. Quinto, en el versículo principal de nuestra meditación hoy, Juan 17:24, el Padre le ha dado al Hijo su gloria. Sexto, Jesús observa en Juan 17:7 que todas las cosas que el Padre le ha dado proceden de él. Pues, ¿qué se incluyen entre todas estas cosas? El versículo 10 nos dice: el séptimo punto, ¡todo lo del Padre es del Hijo también!
Ahora, ¿qué podemos decir a base de tantas referencias a lo que el Padre le ha dado al Hijo en la oración en Juan 17? Primero y sobre todo, tenemos que concluir que el Padre ama al Hijo; le ha dado todo lo que tiene. Le ha compartido su honra y su gloria, al punto de que todos deben honrar al Hijo como honran al Padre. Y segundo, porque mucho de lo todo que el Padre le ha dado al Hijo tiene que ver directamente con nuestra salvación, tenemos que concluir también que el Padre nos ama, que de acuerdo con Juan 17:23, nos ha amado como ha amado al Hijo. Entonces, cuando Jesús empieza su petición en Juan 17:24 por decir: “Padre, aquellos que me has dado,” está basando la petición que sigue en el amor abundante, eterno, completo y sin interrupción del Padre por el Hijo, y por el abundante y permanente amor que tiene por nosotros también. Podemos estar seguros de lo que el Hijo está por pedir, el Padre lo va a recibir con toda aprobación. ¡Gracias al Señor Jesús por su intercesión incomparable! Y gracias al Padre por su amor seguro por nosotros en Cristo Jesús.