Juan 17:19 y Hebreos 10:20 - El camino nuevo y vivo
¡Que Dios les bendiga, hermanos! Estamos en Juan 17:19 donde el Señor Cristo Jesús declara que se santifica a sí mismo por sus discípulos, que va a morir en la cruz por ellos, que está por llegar al punto ápice de su obediencia al Padre para que nosotros sus discípulos seamos santificados. Y volvemos también a Hebreos 10:19-25 donde vemos algunas descripciones más de esta santificación. En el último mensaje vimos donde dice: "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo," y ahora leemos: "Por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne." Podemos entender sin mucha dificultad la expresión "camino nuevo"; especialmente en el trasfondo de la carta a los hebreos: hace referencia al nuevo pacto en Cristo Jesús, el pacto superior a la ley mosaica. Pero no estamos acostumbrados a la combinación: "camino nuevo y vivo". ¿A qué se refiere? El adjetivo "vivo" hace referencia a la resurrección del Señor Jesucristo. Como dice Hebreos 7:24 y 25, "él permanece para siempre... por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos." Por su cuerpo que según Hebreos 10:8-10 cumplió la voluntad del Padre para nuestra santificación, por su cuerpo que según Hebreos 10:19 derramó su sangre para que entremos con libertad al Lugar Santísimo, por su cuerpo que según Hebreos 10:12-14 se sentó a la diestra de Dios en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies, por este cuerpo vivo tenemos el privilegio de esta santificación y el privilegio de tener este gran sacerdote sobre la casa de Dios. Entonces, cuando oramos "en el nombre de Jesús", estamos declarando nuestra seguridad en la encarnación del Señor Jesucristo, en su vida perfecta de obediencia, en la muerte, la resurrección y en el reinado presente y futuro del Señor Cristo Jesús, encarnado y resucitado para que nuestras peticiones sean recibidas por nuestro Padre Dios. Nuestras peticiones son recibidas, porque el Señor Cristo Jesús vino como un ser humano completo y se santificó por nosotros. ¡Alabado sea nuestro Señor Jesucristo!